FISIOPATOLOGÍA
Los pulmones están irrigados por dos sistemas circulatorios relativamente independientes, uno desde las arterias pulmonares, más grandes y de baja presión, y otro desde las ramas arteriales bronquiales, más pequeñas y de presión alta (sistémica).
La circulación pulmonar tiene la misión especializada de participar en la oxigenación y eliminación del dióxido de carbono. Acompaña al árbol bronquial y sólo tiene interacción con él a partir de los bronquiolos respiratorios terminales donde se forman los plexos capilares alrededor de los alvéolos para cumplir su misión de intercambio.
La circulación bronquial tiene como misión la de nutrir los elementos estructurales del pulmón. Son ramas de la aorta, y como hemos comentado tienen una presión igual a la sistémica. Irrigan la tráquea, esófago, pericardio, hilio, ganglios linfáticos hiliares y pleura visceral. Acompaña al árbol bronquial anastomosándose unas ramas con otras, formando un plexo organizado en el espacio peribronquial y, siguiendo los bronquios terminales, la microvascularización bronquial se anastomosa con la red capilar de las arterias pulmonares y pos capilares de las venas pulmonares.
Las hemoptisis masivas tienen su origen en un 90% de los casos en las arterias bronquiales u otras arterias sistémicas, siendo tan sólo el 10% procedente de ramas de la arteria pulmonar (11).
Los principales factores que contribuyen a la hemoptisis y que varían en función de la etiología responsable, son: la disrupción del epitelio bronquial y capilares que ocurre en las traqueobronquitis, el daño en el parénquima pulmonar por infarto o procesos necrotizantes y la hipertensión de la circulación pulmonar como ocurre en la estenosis mitral (11)