Smoking reduction and the rate of decline in FEV1: results from the Lung Health Study
M. S. Simmons, J. E. Connett, M. A. Nides, P. G. Lindgren, E. C. Kleerup, R. P. Murray, W. M. Bjornson, and D. P. Tashkin
Eur Respir J 2005; 25: 1011-1017.
Previous findings from the Lung Health Study have shown that smoking cessation and sustained abstinence substantially reduce the rate of decline in forced expiratory volume (FEV1) among smokers with early chronic obstructive pulmonary disease (COPD) when compared with continuing smoking. Intermittent quitters demonstrated rates of FEV1 decline intermediate between those of sustained quitters and continuing smokers.
In this study, data from 1,980 participants were analysed from 10 centres of the Lung Health Study in the USA and Canada. All participants were smokers with mild-to-moderate COPD who were unable to quit smoking at any time during the 1st yr of the study.
No linear relationship was found between reduction in cigarettes per day and changes in FEV1 during the 1st yr of the study. However, examination of the data revealed that this relationship was nonlinear. Further analysis found that smokers who reduced their cigarettes per day to very low amounts had smaller declines in FEV1 than those who did not. Reduction in cigarettes per day was associated with only minimal changes in the presence of chronic respiratory symptoms.
In conclusion, compensatory changes in smoking behaviour may account for the limited and unpredictable impact of smoking reduction on lung function decline and symptom prevalence when compared with smoking cessation.
COMENTARIO:
El Lung Health Study, en el que participaron cerca de 6000 pacientes con EPOC ligera o moderada, fue diseñado para valorar el efecto del consejo antitabaco intensivo y la terapia de mantenimiento con bromuro de ipratropio sobre el cambio anual en la función pulmonar, demostrándose un enlentecimiento en el declive del VEMS entre aquellos fumadores que conseguían mantenerse abstinentes a largo plazo frente a los que continuaban fumando. Los abstinentes intermitentes mostraban una tasa de disminución del VEMS intermedia entre ambos grupos.
El presente análisis examina qué ocurrió con el subgrupo de 1980 pacientes que no consiguieron abandonar el tabaco en ningún momento durante el primer año del estudio.
Reducciones muy grandes en la cantidad de cigarrillos fumados (>60%) parece que influían en la disminución del VEMS, pero pocos fumadores conseguían una reducción tan significativa. Reducciones de hasta el 50% no obtuvieron un efecto observable sobre la tasa de declive de la función pulmonar. La explicación de este fenómeno estaría en el establecimiento, entre los fumadores que reducen el número de cigarrillos, de conductas compensatorias en la manera de fumar, similares a las encontradas entre quienes cambian a marcas de tabaco con menor contenido en nicotina. De forma inconsciente, se aumenta tanto la intensidad de las caladas como el número de caladas por cigarrillos para obtener los mismos niveles de nicotina que anteriormente a la reducción. Dos resultados apoyan esta hipótesis en el presente trabajo. Por un lado no se observaron disminuciones significativas en los niveles de monóxido de carbono exhalado entre quienes reducían la cantidad de cigarrillos y por otro, sólo se observó aumento de peso en los fumadores con reducciones de >65% en el número de cigarrillos fumados.
Los resultados de este estudio sugieren que no es posible enlentecer el ritmo de pérdida de función pulmonar mediante reducciones en el número de cigarrillos, sin periodos de abstinencia completa que reviertan los cambios inflamatorios producidos por el tabaco. La constante irritación producida por los componentes del humo del tabaco perpetuaría este proceso inflamatorio, aún a pesar de que la exposición tóxica sea menor. Parece que en los fumadores de menos de 5 cigarrillos/día sí se disminuiría el declive del VEMS, sin embargo sólo el 3% de los fumadores del grupo estudiado consiguieron este objetivo, por lo que no merece la pena llevar esta estrategia a la práctica. Por lo tanto, a la hora de tratar a nuestros pacientes, y con el fin de preservar su función pulmonar, debemos continuar aconsejándoles el abandono completo del tabaco.