DIAGNÓSTICO DE LA EPOC.
El diagnóstico se obtiene en la mayoría de los casos con la historia clínica (disnea en un paciente de más de 50 años con antecedentes de tabaquismo) y la constatación de que existe obstrucción al flujo aéreo. Para demostrar esto último, se realiza una prueba llamada espirometría forzada, mediante la cual se puede medir el volumen de aire expulsado después de una espiración máxima, comprobándose si existe o no una obstrucción a la salida de aire a través de los bronquios. Esta prueba también permite clasificar la gravedad de la obstrucción, lo cual será de gran importancia a la hora de evaluar el pronóstico de los pacientes. Otras pruebas como la radiología, electrocardiograma o la determinación de los valores en sangre del oxígeno o anhídrido carbónico, son de gran utilidad pero innecesarias para hacer el diagnóstico.